Es interesante que después de la aparición de la "abominación desoladora" y la detención del "sacrificio continuo", Daniel señala que los poderes mundanos provocarán que algunos "violen el pacto":"Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto".- Daniel 11:32
"Con halagos corromperá a los que obran inicuamente hacia el pacto"- Daniel 11:32
Lo anterior significa que los poderes políticos lograrán que algunos dirigentes se unan a los planes asociados a la supresión del "sacrificio continúo". Las "alabanzas" de las entidades políticas lograrán lo anterior.
Es interesante como las organizaciones religiosas rápidamente han sucumbido a la histeria global y a las directrices de la OMS, todo con el fin de mantener los estatus y privilegios religiosos de los estados, y no dar la imagen de fanáticos irracionales que ponen en peligro a sus miembros. Esto ha causado la paralización de todo contacto fraternal con consecuencias psicológicas devastadoras en algunos que tenían su único soporte social en su religión, aumentando los casos de depresión, suicidios y otros problemas.
Pero es notable la diferencia de ésta actitud de las religiones modernas con los primeros cristianos.
Cuando se desataba una epidemia, las familias ricas se iban al campo, y los médicos se iban con ellas. El resto de la población se quedaba en una perspectiva de muerte. Los contagios eran masivos, pero los cristianos no se separaban de los enfermos. No existía la actitud del aislacionismo. Y eso los historiadores lo destacan.
Los cristianos no vivían como los paganos en estas circunstancias. Los cristianos no huían; cuidaban de sus enfermos y agonizantes, que con pequeñas medidas de higiene frenaban la epidemia. Es más cuidaban también de sus vecinos paganos, abandonados por sus familias. Dionisio, obispo en el año 260 en Alejandría describe la firmeza y la heroicidad de los cristianos en la epidemia. Muchos murieron pero partieron felices acompañados por sus familias. No temían a la muerte, si eso significaba brindar compasión y ayuda a los enfermos.
Lo anterior no implica que los religiosos modernos deban ser descuidados en sus hábitos del cuidado de la salud, pero es sabido que los asuntos han sido llevados a la exageración que causa una ruptura con la importancia del valor y la demostración real del amor fraternal, sin temor. Al contrario, las religiones se han unido a la histeria y al temor o miedo, opuesto a la actitud de los primeros cristianos.
El sociólogo Rodney Stark argumenta, en su libro “The Rise of Christianity” (1997), que las epidemias eran un campo de pruebas de los principios cristianos y un momento en que las virtudes específicamente cristianas se mostraban públicamente. Los cristianos estaban dispuestos a arriesgarse a una doble exposición, a las autoridades y a la enfermedad, para atender a los enfermos y moribundos.
Si ya hemos comenzado a experimentar los años de la supresión del "sacrificio continúo" desde la Pascua del 2020, es notable que también se cumplan las palabras posteriores sobre como la religión moderna sucumbe rápidamente a la marea sociológica de sumarse a las directrices de la OMS.
AJ. Te envié un nuevo correo.
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